Varias firmas extranjeras han sondeado a accionistas relevantes mientras que la pandemia ha blindado el posible precio a pagar por la socimi.

 

La cotización de Merlin Properties se acerca al 50% respecto a sus máximos de noviembre de 2019. Esto  hace que la compañía muy jugosa para los grandes fondos inmobiliarios y las firmas de capital riesgo.

Eso sí, esta semana la acción de Merlín se revalorizó casi un 10% por las noticias sobre el interés de la gestora canadienses Brookfield. Según algunos medios hay más fondos pero en cualquier caso no tan fácil lanzar una opa. La crisis ha levantado una barrera de la CNMV que evitará compras de valores desplomados.

Este escudo legislativo se creó en 2012 tras la expropiación argentina de YPF a Repsol. La norma dice literalmente que “La protección se requerirá cuando los precios de mercado, en general, o de la sociedad afectada en particular, se hayan visto afectados por acontecimientos excepcionales”. Una auditoría externa deberá determinar el precio justo que además deberá ofrecerse en efectivo.

Se calcula que una posible opa se acercaría a los 7.000 millones de euros.

Puesto que el cierre de centros comerciales y la renegociación de alquileres ha podido reducir los ingresos de Merlín en 60 millones. Esto haría que el precio se acercará a los 7.000 millones, cantidad cercana al NAV o valor neto de los activos (tasación de los inmuebles restando la deuda de la compañía).

Cabe recordar que Merlin es la mayor inmobiliaria española cotizada. La mayoría de sus activos se encuentran España más una pequeña parte en Portugal.Activos que alcanzan un valor cercano a los 13.000 millones de euros. Otro de los grandes atractivos de esta socimi son sus posibilidades de crecimiento puesto que es socio minoritario en “Distrito Castellana Norte”, la empresa propietaria muchos de los terrenos de la conocida como Operación Chamartín en la capital de España.

 

Fuente: CincoDías
Fotografía: Ismael Clemente, CEO de Merlin Properties. Manuel Casamayón